QUE ES EL ENTRENAMIENTO CONCURRENTE
El fenómeno del entrenamiento concurrente, o entrenamiento simultáneo para la fuerza y la resistencia, fue descrito por primera vez en la literatura científica en 1980 por Robert C. Hickson (Nader, 2006).
El entrenamiento concurrente en el deporte lo podemos definir como la combinación entre el trabajo para la mejora de la capacidad aeróbica y la fuerza en un mismo programa de entrenamiento (López, 2017).
Alternar el entrenamiento de fuerza y resistencia es muy visto últimamente en los deportistas. Este tipo de entrenamiento está despertando interés entre la comunidad científica y cada día hay más estudios e investigaciones sobre ello.
Desde que se empezó a investigar sobre este tipo de entrenamiento, los investigadores han ido viendo que existen mejoras en el rendimiento en determinadas especialidades.
Hace un tiempo que ya se recomienda combinar el entrenamiento de resistencia cardiorrespiratoria (trabajo prolongado a baja intensidad) con los entrenamientos de fuerza. Estos dos trabajos combinados son buenos para mantener una salud perfecta y un estado funcional completo. Debería de entrenar todo el mundo fuerza y resistencia para mantener una salud de lo más completa posible. Ambos entrenamientos combinan diferentes mejorar a nivel estructural y cardiorrespiratorio. Los principales organismos mundiales de la salud como la OMS o la ACSM las que recomiendan este tipo de trabajo en combinación.
Existen muchas disciplinas que demandan este tipo de trabajos para mejorar el rendimiento. En algunas de ellas el trabajo de fuerza mejora incluso la resistencia como pueden ser deportes de resistencia y ultra resistencia. También se ven afectadas la economía de carrera o la velocidad mejorando estas el rendimiento general de las pruebas. Es importante que se planifique correctamente el entrenamiento de ambos (entreno concurrente) para que afecte positivamente al rendimiento.
Es muy habitual ver a deportistas de resistencia entrenar la fuerza por sus beneficios en el rendimiento gracias a la mejora de la economía de carrera. López (2017) expresa que este tipo de trabajo genera buenos resultados cuando se prioriza en una sesión la resistencia y se realizan sesiones cortas con cargas elevadas y aisladas de fuerza. El mismo autor dice que cuando la exigencia del deporte demanda de una buena condición aeróbica y de fuerza, como el rugby o el crossfit, el volumen de entrenamiento para el desarrollo de ambas cualidades es superior, y es donde sucede el fenómeno conocido como interferencia. Se refiere a interferencias a las limitaciones de mejora que ambos trabajos ocasionan. De ahí que su planificación requiera más comeduras de cabeza para el preparador físico o el entrenador.
López (2017) explica las posibles causas de las interferencias en 3 puntos importantes:
- VÍA DE SEÑALIZACIÓN MOLECULAR
 
Los estudios de Coffet & Hawley (3) y Murach & Bagley refieren dos tipos de vias de señalización celulares: AMPK (sensor de energia) y mTOR (objetivo mecanístico de la rapamicina) (citado en López, 2017).
El estudio de Thomson, Fick & Gordon demostró que la activación de AMPK interfería en la señalización de mTOR. Es decir que AMPK, produce mejoras de adaptación mitocondrial, pero limita los beneficios de mTOR para el crecimiento muscular. La activación de AMPK inhibe los beneficios de mTOR.
López (2017)
2. DEPLECIÓN DE LAS RESERVAS ENERGÉTICAS
Todos los ejercicios suponen reducir las reservas energéticas, por lo que entre ambas actividades, surge el problema de llegar a la segunda con falta de reservas energéticas.
3. TRANSFORMACIÓN DE FIBRAS Y ÁREA TRANSVERSAL
Algunos autores han investigado sobre este fenómeno y han llegado a la conclusión de que las fibras se modifican en función de la utilidad que se le da al músculo. Aunque están determinadas genéticamente en un % para cada tipo de fibra (lentas y rápidas), existe una pequeña variación o un margen de adaptación según el perfil de entrenamiento.
Pallarés e Izquierdo (2011) explican que en trabajos de resistencia las fibras tipo IIb cambian a IIa. Por el contrario, si las tipo IIa se trabajan en fuerza cambian a I.

Figura 1. Color de la fibra dependiendo del entrenamiento (Coffey & Hawley, 2017).
Fuente: mundoentrenamiento
Mientras que el trabajo de fuerza influye en adaptaciones en forma de hipertrofia, el de resistencia en el incremento las mitocondrias.
Existen mucha información acerca de cómo afecta negativamente el trabajo de ambas capacidades. Se ha demostrado que a nivel celular las adaptaciones en ambas modalidades eran contrapuestas, salvo en el caso de las fibras tipo I (ver tabla 1). Por otro lado, en relación a la acumulación de fatiga, al entrenar ambas conjuntamente o de manera seguida estamos sobreentrenando al cuerpo fatigándolo más de lo debido. Esto se debe a un volumen de entreno elevado, acompañado de una intensidad alta (fuerza) con una frecuencia de entreno cero (seguidas) o alta (mismo día). Esto hace que no se deje al músculo descansar entre un entreno y otro haciendo que no coja la suficiente tensión.

Tabla 1. Adaptaciones musculares del entrenamiento de la fuerza y resistencia (a partir de MacLean et al., 1994; Fleck y Kraemer, 1987; Docherty & Sporer, 2000; Fry, 2004)..
DIFERENTES VARIABLES COMBINABLES EN EL ENTRENAMIENTO CONCURRENTE

Tabla 1b.Complejidad de variables combinables en el entrenamiento concurrente
A continuación podemos ver la tabla 2. En ella se muestra el entrenamiento de la resistencia y la fuerza y las mejoras producidas en diversos componentes

Tabla 2. Entrenamiento concurrente de resistencia y fuerza
Fuente: G-SE 
Entreno de fuerza y resistencia van unidos y están indicados para la mejora de la salud más que trabajados por separado. El entrenamiento concurrente mejora la resistencia más que trabajando la resistencia de manera aislada, aunque no mejora la capacidad cardiorrespiratoria. Es aconsejable a la hora de trabajar la parte del entrenamiento de la fuerza que se opte por entrenar a intensidades máximas y trabajando explosividad (velocidad de movimiento máximo).
Aunque el entrenamiento de fuerza realizado correctamente mejora la hipertrofia, el entrenamiento concurrente no produce mejoras significativas, aunque ayuda a reducir la grasa corporal.
Por el contrario, otros autores hablan que si el entreno de resistencia es intercalado con HIT (alta intensidad), existen ganancias de fuerza e hipertrofia, mejorando la resistencia.
En relación al tipo de deporte podemos añadir que el entreno concurrente en bici es mejor que el de carrera para mejorar la fuerza potencia e hipertrofia. Por el contrario, el entreno concurrente en carrera mejora la perdida de grasa e incrementa el VO2 Máx. en mayor medida que el entreno concurrente en bici.
SUJETOS ENTRENADOS VS NO ENTRENADOS
Hay que tener en cuenta que para esos atletas entrenados las mejoras fisiológicas ni son en la misma cantidad, por ello estos tienen más dificultades en mejorar el rendimiento que los no entrenados. Coffey y Hawley (2017) expresan que cuando una persona poco entrenada o sedentaria comienza un plan de enfrentamiento concurrente, las respuestas a los dos tipos de entreno son positivas y existen adaptaciones genéricas.
VARIABLES
- ORDEN DE LOS EJERCICIOS
 
En sujetos entrenados no influye el orden del entrenamiento de ambas. Es cuando el sujeto va mejorando la especificidad del entreno y conforme más nos acercamos al nivel máximo alto rendimiento, es cuando más interferencias existen entre ambos.
2. FRECUENCIA Y VOLUMEN
Cabe destacar que la planificación del entrenamiento es importante de cara a las adaptaciones fisiológicas.
No existen efectos negativos en planes de entrenamiento que tengan menos de 3 sesiones de este tipo de trabajo, aunque según López (2017), varia depende de la modalidad practicada y sobre todo en aquellos donde predomine la fuerza.
3. INTENSIDAD
El entrenamiento de resistencia conlleva varios minutos u horas a baja intensidad, esto hace que incrementemos la absorción máxima de O2 (VO2) y el de fuerza conlleva corta duración a intensidades altas con pocas repeticiones relativamente.
El rendimiento mejorado relacionado con la fuerza se logra mediante el aprendizaje neuromuscular y el aumento de la sincronicidad del reclutamiento de fibras, la hipertrofia de las células musculares y, posiblemente, la hiperplasia sin cambios en el VO2 máx. O en la capacidad de generar ATP a través del metabolismo oxidativo. Dados tales modos de ejercicio contrastantes, y el hecho de que una gran cantidad de actividades deportivas como el sprint (media distancia), el rugby, el fútbol, la natación y el decatlón (entre muchos otros) parecen requerir combinaciones de ambos componentes del entrenamiento de fuerza y resistencia para un rendimiento máximo
Nader (2006)
Dicho lo anterior, el entrenamiento que debemos realizar es el que más se aleja de las interferencias, debe ir hacia adaptaciones centrales en vez de periféricas (fuerza máxima, PAM).
Parece sencillo expresarlo en papel, pero no obstante, es importante tener presente que durante la puesta en práctica existen numerosos problemas logísticos y limitaciones.

Figura 2. El continuo de fuerza-resistencia y su relación con la duración y el metabolismo energético
En la figura 2 podemos ver como las actividades más cortas en duración (<1´) utilizan sustratos de ATP, fosfocreatina, y glucólisis anaeróbica. Por otro lado, los ejercicios de varios minutos de duración tiran más de glucólisis aeróbica con una alta demanda de O2, oxidando la glucosa y algunos ácidos grasos, todo ello con diferentes niveles de fuerza. A partir de los 20´-30´de ejercicio hasta varias horas se utiliza como principal fuente de sustrato energético la glucólisis aeróbica y la oxidación de grasas.
Aunque el entrenamiento para deportes al final de la SEC parece relativamente sencillo, surge un escenario más complicado al diseñar programas de entrenamiento para aquellos deportes que requieren combinaciones de fuerza y resistencia y una mezcla de fuentes generadoras de combustible.
Nader (2006)
Un estudio publicado por Robert C. Hickson en 1980 hablaba de los tres grupos a los que sometió el estudio durante 10 semanas (uno trabajaba fuerza, otra resistencia y el tercero una combinación de ambas). Este estudio llego a la conclusión de que el entrenamiento de fuerza mejora la fuerza (obviamente si se planifica bien). También llegó a la conclusión de que el entreno de resistencia mejoraba la fuerza en las primeras 6-7 semanas, se estabilizó y en las últimas dos semanas disminuyó. Por ello se llegó a la conclusión de que el entrenamiento de resistencia inhibe o interfiere con mayores incrementos en la fuerza. También se sugirió que existe poca relación entre la adquisición de fuerza y la tasa de aumento de la potencia aeróbica (Nader, 2006) (ver figura 3).
Otros estudios posteriores acerca del entrenamiento concurrente confirman que el entreno de resistencia interfiere en el desarrollo de fuerza. Sobre todo cuanto más entrenados estamos.

Figura 3. Interferencia del desarrollo de la fuerza al entrenar simultáneamente para la fuerza y la resistencia en deportistas entrenados vs no entrenados.
MECANISMOS RESPONSABLES DE LA INTERFERENCIA EN EL ENTRENO DE FUERZA Y RESISTENCIA
Son numerosos los mecanismos que afectan al desarrollo de la fuerza en planes de entrenamiento donde existe un entrenamiento concurrente. A continuación se describen (Nader, 2006):
- Componente neural
 - Disponibilidad de sustrato
 - Transformación del tipo de fibra
 - Sobre entrenamiento
 - Alteraciones en la síntesis de proteínas
 
PLANIFICACIÓN A LO LARGO DE LA TEMPORADA
Frecuencia: Separarlos en volumen y hacer bloques específicos enfocándonos en uno u otro.
Volumen: No más de 3 sesiones de fuerza.
Tiempo entre sesiones: Separar las sesiones un mínimo de 6-24h para dejar que los niveles de AMPK se reduzcan.
Distribución: Primero entrenamiento de fuerza para afrontar con garantías el entrenamiento con los niveles de sustratos energéticos altos (Pallares e Izquierdo, 2011) y según comenta Hickson (1980) por ser la cualidad más afectada.
Tipo de ejercicio: trabajar en una misma sesión tren superior (fuerza) con entrenamiento de la resistencia (tren inferior).
Una mala organización o planificación por parte del entrenador durante un programa donde se realice entrenamiento concurrente, puede llevarnos a un detrimento del rendimiento.
Debemos planificar las temporadas de tal manera que existan las cargas de entrenamiento adecuadas para que la combinación de dicho entrenamiento a lo largo de la planificación sea proporcionada y evitemos el sobre entrenamiento.
Según Nuñez (2016) existen 3 formas de plantear la planificación del entreno concurrente:
- Separar las sesiones en días del trabajo de fuerza y resistencia
 - Separar las sesiones en un mismo día (mínimo de 6h es suficiente). En este caso lo mejor es realizar el entrenamiento de la resistencia por la mañana, reponer HC en la comida y realizar a la tarde el entreno de fuerza.
 - La última opción es la de realizar seguidos los dos entrenamientos. En este caso es aconsejable realizar primero el trabajo objetivo de la sesión y de no tenerlo, entonces es mejor realizar primero el entrenamiento de máxima intensidad.
 
Realizar una sesión de fuerza posterior a una de resistencia suave mejora las adaptaciones de resistencia más que solo trabajando la resistencia de manera aislada.
Nuñez (2016)
Hay que tener en cuenta la hidratación y la ingesta de HC si se realizan este tipo de entrenamientos, puesto que es importante afrontar el segundo de los dos con la suficiente reposición de HC y líquido para que el rendimiento no se vea deteriorado.
Raúl (2016) expresa que el entrenamiento aeróbico y el de fuerza deben tener por lo menos 3h de separación, siendo el tiempo preferible entre 6 y 24h.
Por todo ello, el éxito de este tipo de entrenamiento en programas de atletas dependerá de la correcta planificación de dicho programa así como del momento de trabajo de cada una de las cualidades, para evitar el denominado fenómeno de interferencia.
FRECUENCIA SEMANAL Y VOLUMEN DE ENTRENAMIENTO
Es importante tener en cuenta que la frecuencia puede desempeñar un papel importante en las adaptaciones.
García-Pallarés & Izquierdo (2011) comentan que el número de semanas entrenadas de la capacidad también está relacionado con el nivel de interferencia. No se considera realizar entrenamiento concurrente más de 3 sesiones por semana.
Según Wilson y colaboradores (2012) se debe evitar hacer coincidir entrenamiento de fuerza con entrenamientos aeróbicos de más de 20 minutos durante 2-3 veces semana, sobre todo en deportes donde la fuerza sea determinante.
Se ha demostrado con cuantas más sesiones de entrenamiento concurrente (3 máx.) a la semana para un mismo grupo muscular se generan más interferencias sobre las ganancias de fuerza (Jones, Howatson, Russell y French, 2013) tras 6 semanas.
En cuanto al volumen de ejercicios y repeticiones hay que individualizar y ajustar a cada sujeto. García-Pallarés & Izquierdo (2011) expresan que de 3 a 5 series con 4 o 6 ejercicios multiarticulares durante 10-12 semanas es un estímulo adecuado para mejorar la resistencia en deportistas entrenados.
INTENSIDAD DEL ENTRENAMIENTO DE FUERZA Y RESISTENCIA
El entrenamiento de fuerza máxima (>90% 1RM) conlleva adaptaciones centrales mientras que el entrenamiento de resistencia de alta intensidad (Cercano al 100% del VO2 Máx.)induce a adaptaciones a nivel periférico y estructural (almacenes de glucógeno muscular, incrementos de la densidad capilar y mitocondrial, e incrementos de enzimas oxidativas) al igual que el entrenamiento con intensidades entre el 70-85% 1RM.
Con esta idea Docherty y Sporer (2000) propusieron un modelo teórico para analizar el fenómeno de la interferencia entre el entrenamiento de la resistencia y la fuerza (figura 3b).

Figura 3b. Modelo de entrenamiento concurrente (Docherty & Sporer, 2000).
En esta línea es importante aclara que hay que evitar entrenamientos de fuerza cercanos al fallo con entrenamientos de potencia aeróbica (>90% VO2 max.) ya que cada uno de estos entrenamientos produce adaptaciones opuestas sobre los mismos componentes periféricos.
Según Peña García-Orea et al (2016) en el entrenamiento concurrente podemos esperar adaptaciones de tipo:
COMPATIBILIDAD MÁXIMA (NULA INTERFERENCIA)
- Resistencia a intensidad moderada baja (cerca UAE) y fuerza neural
 
COMPATIBILIDAD INTERMEDIA (BAJA INTERFERENCIA)
- Resistencia a intensidad moderada baja (cerca UAE) y fuerza estructural
 
COMPATIBILIDAD INTERMEDIA (BAJA INTERFERENCIA)
- Resistencia cercanas al VO2 Máx (PAM/VAM) y fuerza neural
 

Figura 3b. Óptima combinación de intensidades del entrenamiento combinado de fuerza y resistencia (a partir de Docherty & Sporer, 2000; García-Pallarés & Izquierdo, 2011). UAn= Umbral Anaeróbico; PAM= Potencia aeróbica máxima; VO2max.= consumo máximo de oxígeno.
DENSIDAD INTER-SESIÓN O DURACION DE LA RECUPERACIÓN ENTRE SESIONES PARA CADA CAPACIDAD
Separar los entrenamientos de fuerza y resistencia hace que la fuerza mejore más que si estos se realizan en una misma sesión o día. Si se van a realizar ambas sesiones en un mismo día lo ideal es separarlas con al menos 6h aunque 24h son preferibles para la mejor adaptación.
Para deportistas bien entrenados que realicen una sesión de resistencia previa a fuerza, la fuerza se ve mermada significativamente hasta 8h posteriores a la sesión de resistencia indistintamente de la intensidad del entreno de resistencia entrenando los mismos grupos musculares.
EFECTOS CRONICOS DEL ENTRENAMIENTO CONCURRENTE
CAPACIDAD AERÓBICA
El rendimiento de la resistencia puede mejorar con el entrenamiento de la fuerza si se compenetran de la forma correcta. Para sujetos sedentarios o entrenados moderadamente no existen un orden de entrenamiento de las capacidades. Así, el entrenamiento concurrente en relación con el entrenamiento de la resistencia a solas no es perjudicial o afecta negativamente en la mejora de la capacidad aeróbica (Wilson et al., 2012).
El entrenamiento de la fuerza puede influir positivamente sobre la mejora del rendimiento de la resistencia al permitir elevar y mantener la fuerza aplicada durante el esfuerzo. Esto puede suponer un descenso del tiempo para cubrir una distancia de competición por el aumento de la velocidad de desplazamiento, sin cambios en el VO2máx., umbral aeróbico y umbral anaeróbico (Marcinik et al., 1991; Paavolainen, Häkkinen, Hämäläinen, Nummela & Rusko, 1999; Mikkola, Rusko, Nummela, Pollari & Hakkinen, 2007, Mikkola et al., 2011).
FUERZA E HIPERTROFIA
Algunos estudios corroboran que el entrenamiento de concurrente a diferencia del entrenamiento aislado de fuerza, puede reducir la fuerza-potencia, fuerza-explosiva y/o hipertrofia en los músculos implicados.
Numerosos estudios afirman que el orden de entrenamiento intrasesion influye en los resultados, aunque dichos resultados pueden estar condicionados por las características de los sujetos.
ESTRATEGIA EN LAS VARIABLES DEL ENTRENAMIENTO CONCURRENTE
Que entrenar primero, que tipo de estímulos aplicar para capacidad, cuando aplicarlos y cuánto tiempo de recuperación (intersesión e intrasesión) esperar para aplicar el siguiente estímulo son quebraderos de cabeza que continuamente hacen que a la hora de planificar nos quite demasiado tiempo si no tenemos claro cómo y cuand.
Existen numerosos estudios sobre los efectos del entrenamiento concurrente sobre sujetos desentrenados y comentan la importancia de la preferencia personal en cuanto a su ubicación dentro de la sesión.
García-Pallarés, Sánchez-Medina, Carrasco, Díaz & Izquierdo, 2009 en su estudio vieron que para la disciplina de kayak si se aplican los entrenamientos de fuerza antes que la resistencia existen mayores mejoras en la potencia aeróbica, fuerza máxima y potencia muscular.
CONCLUSIONES
La fuerza es un indicador del estado de salud de cualquier individuo y por ello es importante trabajarla para tener una mejor calidad de vida. Esto nos ayudará a realizar las tareas cotidianas de una manera más fácil y sin tener que pararnos a descansar por falta de aliento.
Este tipo de entrenamiento combinado de fuerza y resistencia hace que sea un entrenamiento que tiene que ser minuciosamente planificado para evitar interferencias entre los dos tipos de trabajo y anular las ganancias que hacen mejorar el rendimiento. Hay que tener en cuenta la nutrición y la alimentación a la hora de realizar este tipo de entrenamientos puesto que suelen ser largos en el tiempo o consecutivos. Esta solo es una variable de las que hay que tener en cuenta a la hora de trabajar con este tipo de entrenamientos. Existen muchas más variables como controlar la cantidad de volumen, intensidad y densidad de la planificación para que podamos incluir el entrenamiento concurrente en nuestro plan de entrenamiento y que, por un lado no nos desajuste la planificación y, por otra parte, evitar el sobre entrenamiento.
La activación de AMPK y la inhibición del eEF2 por el ejercicio de resistencia y / o las sesiones de ejercicio demasiado frecuentes afectarán las respuestas al ejercicio de resistencia al afectar los aumentos inducidos por el entrenamiento en la síntesis de proteínas adaptativa, porque la activación / La inhibición de estas proteínas de señalización de forma independiente o colectiva puede alterar la inducción de una respuesta anabólica. La consecuencia obvia de tal antagonismo será un impacto negativo en las adaptaciones de entrenamiento de fuerza a largo plazo, tal vez al mejorar la respuesta hipertrófica. Por lo tanto, este puede ser un mecanismo responsable de los efectos perjudiciales observados del entrenamiento concurrente de fuerza y resistencia en el desarrollo de la fuerza
Nader (2006)
En la figura 4 se observa como el ejercicio de resistencia es capaz de inducir un aumento en la actividad de una red que comprende la señalización de PI3k / PKB / mTOR / S6K1 / S6 / 4E-BP1 para modular las tasas de síntesis de proteínas y el crecimiento muscular. El ejercicio de resistencia está asociado con la señalización involucrada en la homeostasis metabólica, que comprende la señalización de AMPK, entre otros. La activación de AMPK por ejercicio de resistencia o actividad contráctil puede inhibir la señalización de mTOR a través de TSC y suprimir el ejercicio de resistencia inducida por la síntesis de proteínas musculares. Además, los flujos de calcio que resultan de la actividad contráctil prolongada pueden inhibir la síntesis de proteínas de una manera dependiente de Ca2 + M al inhibir el alargamiento de la cadena peptídica mediante la activación de eEF2k y un aumento posterior en la fosforilación de eEF2. AMPK también puede inhibir la síntesis de proteínas activando eEF2k.

Figura 4. Modelo de trabajo de las redes de señalización intracelular que median 
las adaptaciones del 
músculo esquelético inducidas por el 
ejercicio
Cuando el entrenamiento de fuerza y resistencia se realiza simultáneamente en un plan de entrenamiento, y digo plan de entrenamiento por las adaptaciones fisiológicas que se pretenden conseguir en dicho entrenamiento y no “entrenar por entrenar” o sin plan de entreno, existen interferencias del entreno de resistencia en la mejora de la fuerza, limitándola e incluso disminuyéndola.
Por tanto, el entrenamiento concurrente interfiere más en sujetos entrenados que en no entrenados (ver figuras 5 y 6), apareciendo las interferencias a medida que el individuo esta más entrenado

Figura 5. Como sucede la progresión con modos de entrenamiento de resistencia o fuerza aislados (azul) y el entrenamiento concurrente en el deporte (rojo) a medida que el sujeto es más entrenado. (Coffey & Hawley, 2017).
Fuente: mundoentrenamiento.com

Figura 6. Cómo mejora la resistencia con el entrenamiento enfocado a este, en personas desentrenadas y entrenadas (azul). Potencial de mejora de la fuerza con entrenamiento solo de esta (rojo) en personas entrenadas y desentrenadas. El potencial de mejora de ambas con entrenamiento concurrente en el deporte en muestras entrenadas y desentrenadas (gris). (Coffey & Hawley, 2017).
Fuente: mundoentrenamiento.com
Tras entrenamientos neuromusculares, es importante esperar un mínimo de 24-48h para que la función neuromuscular se recupere por completo. Puede que tras 48h no se estabilicen las concentraciones basales de testosterona (estatus de recuperación orgánica) , lo que influirá en el rendimiento.
El entrenamiento de la fuerza puede influir positivamente sobre la mejora del rendimiento de la resistencia al permitir elevar y mantener la fuerza aplicada durante el esfuerzo.
En cuanto al orden intrasesión, podemos decir que depende del orden en la sesión, el rendimiento o varia aunque depende de la disciplina.
Las ganancias de la fuerza mejoran con entrenamientos por encima del 70% del VO2 Máx. ya que retardan la fatiga, de esta manera al mejorar la fuerza explosiva y fuerza máxima hacen que se mejore la resistencia al reducir la intensidad relativa que un sujeto aplica ante una misma tarea.
Schumann et al. (2015c) vieron que en sujetos entrenados moderadamente, el entrenamiento de la resistencia y fuerza alternado durante los días generó el doble de mejoras en el VO2 Máx., que entrenándolo en la misma sesión, y que es debido a la sobre solicitación y el sobreentreno. Es cierto que existen estudios que corroboran una mayor activación de la PGC-1α realizando el trabajo de fuerza tras el de resistencia. En la misma línea hay estudios que dicen que dicho efecto antagónico depende del sujeto, y sus características y del entreno realizado lo que quiere decir que estamos hablando de que existen argumentos de peso en contra y a favor del orden de la sesión en el entreno concurrente según contexto, objetivo y población.
Descubre más desde meTRI. Fisiología & Rendimiento
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
																												
																													
																											
					
Esto es el gran olvidado. Mucho que aprender por los gimnasios sobre este tema. Gracias por compartir info tan precisa y útil!
Este es el artículo, al igual que los curso de fuerza que más me ha enseñado de todos. La fuerza estaba infravalorada en mi vida y ahora me ha cambiado la visión. Gracias!