Introducción
Los transportadores monocarboxilatos (MCT1 y MCT4) son proteínas esenciales en el metabolismo celular, particularmente en la regulación del lactato y los protones dentro de las fibras musculares durante el ejercicio. El lactato, que se produce principalmente bajo condiciones de alta demanda energética y baja disponibilidad de oxígeno, se utiliza como fuente de energía en varios órganos, incluidos los músculos, el corazón y el cerebro. MCT1 y MCT4 facilitan el transporte de lactato entre las células, permitiendo que el músculo esquelético mantenga un rendimiento óptimo y evite la fatiga prematura (Benítez-Muñoz et al., 2024; Xu et al., 2024).
MCT1 se encuentra predominantemente en fibras musculares oxidativas (tipo I y IIA) y facilita la captación de lactato, mientras que MCT4 se expresa en mayor medida en fibras glucolíticas (tipo IIB), especializándose en la liberación de lactato durante el ejercicio intenso (Benítez-Muñoz et al., 2024). Esta regulación diferenciada permite una distribución eficiente del lactato, utilizado no solo como producto de desecho, sino como un importante sustrato energético, particularmente durante el ejercicio prolongado y de alta intensidad. En este artículo, exploraremos la influencia del ejercicio sobre MCT1 y MCT4, su relevancia en el rendimiento deportivo, y cómo diferentes tipos de entrenamiento pueden optimizar su función.
Mecanismos de Acción de MCT1 y MCT4
MCT1 y MCT4 juegan un papel fundamental en la gestión del metabolismo del lactato. Durante la glucólisis anaeróbica, que ocurre cuando la demanda energética excede la capacidad oxidativa del músculo, se produce lactato y protones como subproductos. MCT1 facilita la captación de lactato y protones en las fibras musculares oxidativas, permitiendo su oxidación en las mitocondrias para generar energía. Por otro lado, MCT4 está especializado en la expulsión de lactato de las fibras glucolíticas hacia el torrente sanguíneo, donde puede ser utilizado por otros tejidos o eliminado del cuerpo (Brooks et al., 2009; Bonen, 2000).
El transporte de lactato a través de estos transportadores es crucial para evitar la acumulación excesiva de protones y lactato en los músculos, lo que provocaría una caída en el pH intramuscular, contribuyendo a la fatiga muscular. Los transportadores MCT no solo mantienen el equilibrio ácido-base durante el ejercicio, sino que también permiten que el lactato sea utilizado como una fuente de energía alternativa en tejidos con alta demanda energética, como el corazón y el cerebro (Benítez-Muñoz et al., 2024).
Adaptaciones del Ejercicio en MCT1 y MCT4
El ejercicio físico, especialmente el de alta intensidad y larga duración, induce adaptaciones en la expresión de MCT1 y MCT4 en el músculo esquelético. Se ha demostrado que el entrenamiento regular puede aumentar significativamente los niveles de MCT1, lo que mejora la capacidad del músculo para absorber y utilizar lactato como fuente de energía, reduciendo la fatiga (Pilegaard et al., 1999). MCT4 también muestra un aumento en respuesta al ejercicio, aunque este cambio es más notorio en entrenamientos de alta intensidad, como sprints o HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad) (Benítez-Muñoz et al., 2024; Brooks et al., 1985).
Varios estudios han mostrado que el entrenamiento aeróbico moderado, así como el ejercicio de alta intensidad, pueden inducir cambios en los niveles de MCT1 y MCT4 en los músculos. No obstante, MCT1 parece ser más sensible a una amplia gama de intensidades de ejercicio, mientras que MCT4 responde principalmente a estímulos de alta intensidad (Juel, 2001).

Tipos de Entrenamiento para Mejorar MCT1 y MCT4
La expresión de los transportadores MCT1 y MCT4 puede potenciarse significativamente a través de diversos tipos de entrenamiento. Cada modalidad de ejercicio ofrece adaptaciones únicas que favorecen la regulación del lactato en los músculos, ya sea optimizando su absorción (MCT1) o su expulsión (MCT4). Aquí se exploran los tipos de entrenamiento más eficaces para mejorar estas proteínas.
1. Entrenamiento de Resistencia Aeróbica (LISS)
El entrenamiento aeróbico de baja intensidad y larga duración, conocido como LISS (Low-Intensity Steady-State), es altamente eficaz para incrementar la expresión de MCT1. Este tipo de ejercicio, que incluye actividades como correr a ritmo moderado o andar en bicicleta durante un periodo prolongado, aumenta la capacidad del músculo para captar y utilizar lactato, mejorando la eficiencia del metabolismo oxidativo. Investigaciones muestran que el entrenamiento aeróbico prolongado puede aumentar significativamente los niveles de MCT1 en las fibras musculares tipo I y IIA (Brooks et al., 2009; Bonen, 2000).
El entrenamiento de resistencia aeróbica, o entrenamiento de baja intensidad y larga duración (LISS), también juega un papel importante en la regulación de MCT1, aunque tiene un efecto más limitado sobre MCT4. Este tipo de ejercicio estimula predominantemente las fibras musculares oxidativas, mejorando la capacidad de los músculos para absorber y utilizar el lactato como fuente de energía a través de MCT1. Los corredores de larga distancia o ciclistas que realizan entrenamientos aeróbicos prolongados tienden a tener niveles más altos de MCT1 debido a la adaptación de sus músculos a demandas energéticas sostenidas (Bonen, 2000).

En contraste, MCT4, que está más asociado a la liberación de lactato en fibras glucolíticas, muestra una menor respuesta al ejercicio aeróbico de baja intensidad. Sin embargo, el entrenamiento de larga duración sigue siendo crucial para mejorar la capacidad general del músculo de manejar el lactato.
En un estudio realizado por Hashimoto et al. (2004), se observó que ratas sometidas a un programa de entrenamiento aeróbico de seis semanas mostraron un aumento considerable en la expresión de MCT1 en las fibras musculares oxidativas. Estos resultados demuestran que el entrenamiento aeróbico es una estrategia efectiva para mejorar la capacidad de los músculos para utilizar el lactato como fuente de energía.
2. Entrenamiento de Alta Intensidad (HIIT)
El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) ha demostrado ser particularmente eficaz para aumentar tanto MCT1 como MCT4. El HIIT consiste en realizar periodos cortos de ejercicio intenso seguidos de breves descansos, lo que provoca la activación de tanto las fibras musculares oxidativas como glucolíticas. Este tipo de entrenamiento estimula la expresión de ambos transportadores, lo que permite una mejor gestión del lactato producido durante el ejercicio intenso (Pilegaard et al., 1999).
Un estudio realizado en ciclistas mostró que seis semanas de HIIT resultaron en un aumento significativo en los niveles de MCT4, mejorando la capacidad del músculo para liberar lactato en la sangre (Pilegaard et al., 1999). Esto sugiere que el HIIT no solo mejora la capacidad del músculo para absorber lactato, sino también para eliminarlo, permitiendo a los atletas mantener altos niveles de intensidad durante más tiempo.

3. Entrenamiento de Sprint
El entrenamiento de sprint es otro método eficaz para aumentar la expresión de MCT4. Los esfuerzos máximos y explosivos, realizados en cortos intervalos, generan una producción masiva de lactato, lo que estimula a las fibras musculares glucolíticas a incrementar los niveles de MCT4 para eliminar el lactato rápidamente y prevenir la fatiga prematura. Este tipo de entrenamiento está diseñado para maximizar la capacidad anaeróbica, lo que lo convierte en una herramienta poderosa para mejorar la tolerancia al lactato y la capacidad de rendimiento en deportes de alta intensidad.
Un estudio realizado en atletas mostró que un programa de entrenamiento de sprint de cuatro semanas aumentó significativamente los niveles de MCT4 en comparación con los niveles previos al entrenamiento, mientras que los niveles de MCT1 permanecieron relativamente estables (Juel, 2001). Esto sugiere que el entrenamiento de sprint es más específico para la mejora de MCT4, que es vital en actividades explosivas como el atletismo o el ciclismo de pista.
4. Entrenamiento de Resistencia y Fuerza
Aunque el entrenamiento de resistencia y fuerza no es tan eficaz como el entrenamiento aeróbico o el HIIT para aumentar los niveles de MCT1 y MCT4, aún puede inducir incrementos en estos transportadores. Un estudio realizado en hombres mayores sanos demostró que el entrenamiento de fuerza aumentó la expresión de MCT1 y MCT4 después de seis semanas de ejercicio (Benítez-Muñoz et al., 2024). Sin embargo, en sujetos con diabetes tipo 2, solo se observó un aumento en MCT1, lo que sugiere que las adaptaciones a MCT4 pueden estar condicionadas por la capacidad metabólica individual (Benítez-Muñoz et al., 2024).
El entrenamiento de fuerza y resistencia también puede inducir mejoras en MCT1 y MCT4, aunque estas adaptaciones suelen ser más limitadas en comparación con los entrenamientos aeróbicos o interválicos de alta intensidad. El entrenamiento con pesas y ejercicios de resistencia con alta carga puede mejorar la capacidad oxidativa del músculo, lo que conlleva un aumento en los niveles de MCT1, pero el impacto en MCT4 dependerá de la inclusión de ejercicios que estimulen la vía anaeróbica, como los levantamientos explosivos o los entrenamientos en circuito (Benítez-Muñoz et al., 2024).

5. Entrenamiento Polarizado
El entrenamiento polarizado, que combina sesiones de alta y baja intensidad durante la semana, es una estrategia que también puede mejorar la expresión de MCT1 y MCT4. Aunque no todos los estudios han mostrado un aumento en los niveles de estos transportadores con este tipo de entrenamiento, los resultados sugieren que puede mejorar tanto la capacidad oxidativa como la glucolítica del músculo (Brooks et al., 2009; Bonen, 2000).
Impacto del Entrenamiento en Diferentes Grupos Musculares
La respuesta de MCT1 y MCT4 al ejercicio depende en gran medida de la composición de fibras musculares en el grupo muscular entrenado. Los estudios realizados en roedores han demostrado que los músculos predominantemente oxidativos, como el sóleo, experimentan un aumento significativo en los niveles de MCT1 después de un programa de ejercicio aeróbico (Hashimoto et al., 2004). En contraste, los músculos más glucolíticos, como el gastrocnemio blanco, muestran un aumento mayor en MCT4 en respuesta al entrenamiento de alta intensidad (Brooks et al., 1985).
En seres humanos, las investigaciones sugieren que tanto MCT1 como MCT4 aumentan en respuesta al ejercicio, pero las respuestas pueden variar según el tipo de músculo y la intensidad del entrenamiento. Un estudio realizado por Green et al. (2002) mostró que el entrenamiento de baja a moderada intensidad provocó un aumento significativo en MCT1, mientras que los entrenamientos de alta intensidad fueron necesarios para inducir cambios importantes en MCT4.
Conclusión sobre el Entrenamiento para MCT1 y MCT4
Cada tipo de entrenamiento ofrece ventajas específicas para la mejora de MCT1 y MCT4. Mientras que el HIIT y el entrenamiento de sprint son ideales para mejorar tanto la capacidad de absorción como la expulsión de lactato (especialmente en entrenamientos intensos), el entrenamiento aeróbico prolongado optimiza la función de MCT1 en la oxidación del lactato. En última instancia, la combinación de diferentes tipos de entrenamiento en un programa bien estructurado puede maximizar las adaptaciones de ambos transportadores, lo que permitirá a los atletas mejorar su resistencia, su rendimiento en esfuerzos intensos y su capacidad de recuperación.
Regulación Molecular de MCT1 y MCT4 por el Ejercicio
El ejercicio no solo incrementa la cantidad de transportadores MCT a nivel proteico, sino que también regula su expresión a nivel génico. La transcripción de los genes que codifican para MCT1 y MCT4, SLC16A1 y SLC16A3, respectivamente, está regulada por varios factores, entre ellos la activación de AMPK (proteína quinasa activada por AMP) y HIF-1α (factor inducible por hipoxia 1-α), los cuales responden al estrés metabólico generado durante el ejercicio (Xu et al., 2024). Estos factores de transcripción modulan la expresión de los transportadores, ajustando la capacidad de las células musculares para gestionar el lactato según las demandas energéticas del cuerpo (Xu et al., 2024).
Conclusiones
Los transportadores MCT1 y MCT4 son elementos clave en la regulación del metabolismo del lactato y desempeñan un papel crucial en la optimización del rendimiento físico. El ejercicio regular, tanto aeróbico como de alta intensidad, puede modular la expresión de estos transportadores, mejorando la capacidad del músculo para manejar el lactato y prevenir la fatiga muscular. El entrenamiento de resistencia aeróbica, el HIIT y el entrenamiento de fuerza ofrecen diferentes beneficios en la regulación de MCT1 y MCT4, lo que permite a los atletas y entrenadores diseñar programas de entrenamiento que optimicen el rendimiento.
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